Decepción tras decepción.


Muchísimas A veces me siento idiota. Estoy harta de que la gente sea tan egoísta, tan egocéntrica y tan poco agradecida. Tampoco me gusta esa falsedad tan asquerosa, prefiero lo anterior a la falsedad. Pero, en serio, ¿tan difícil es preguntar? un: cómo estás, cómo te ha ido hoy, cómo llevas tal cosa, qué te apetece hacer... y de forma sincera. ¿No puede salir de dentro? no se exige por decirlo de alguna manera a personas desconocidas o poco conocidas, estamos hablando de los que realmente importan. O puede que tú creas que importan. 

Me decepciona mucho la gente, me decepcionan muchísimo. Intento que no me afecte pero siempre acabo cayendo en el mismo círculo vicioso.

¿Es que ya nadie se fija en los pequeños detalles?
Un simple: ¿y tú? ; no, claro, cada uno a lo suyo, que ya tienen bastante.
Y yo, como una verdadera estúpida, seguiré preguntando.
Hasta que me hagan cambiar, a pensar sólo en mí misma y hablar sólo de mis cosas.


1 comentario:

Evelyna H. dijo...

totalmente de acuerdo, últimamente parece que el que no mira sólo por sí mismo va pidiendo que le hagan daño pero bueno, aunque no lo parezca, siempre hay gente que merece la pena! el truco está en no esperar demasiado de los demás para no llevarse decepciones :)
pásate por mi blog y piensa que por esas cosas no merece la pena darle vueltas a la cabeza! http://letitexplodeagain.blogspot.com/