¿Para ser feliz hay que saber conformarse?

Muchas veces te aferras con tanta fuerza a una ilusión que todo lo real te sabe a poco. Cómo saber apreciar cuándo estás pidiendo demasiado, dónde está el límite. Qué irónico todo cuando tienes oportunidades que otros callan a gritos y sin embargo no son para ti, pero ahí están, salen de la nada delante de tus narices e intentas cambiar un poco de tu mentalidad y adaptarlas a ti pero en el fondo no son para ti y lo sabes y se crea una bola imparable y te vuelves loca y bebes sangría caliente y acabas escribiéndolo en un blog que seguramente nadie leerá.