para luego no llenarlos,
pero me hacen bien, están ahí, pegados con fiso en la ventana,
recordándome que tengo el tiempo justo,
para llenarlos y para no tener tiempo ni de escribir en ellos.
los planes que se viven y no se escriben.
estamos sedientos de nuevas notificaciones que nunca llegan.
mucho calendario y esa es la conclusión a la que llego.
manda weboh.
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