cereales

ahora sí, puedo volver a palpar el miedo a reencontrarme en sitios como éste (o en ridículos espejos de confianza y silencio) a resbalarme una vez más rodeando recuerdos, sin prisas, con una subjetividad algo extraña de lo vivido y no-vivido a la vez. me refiero al limbo despreocupado de responsabilidades, tu juventud te está gritando excitación y juegas a bebértelo todo evitando escucharlo demasiado alto, sin llegar a desprenderte de esos gritos -cariñosos a veces, incomprensibles todavía- que reduces a susurros de auriculares. no sé si me explico, qué haces con tu vida (hola mamá).

bueno yo en realidad estoy aquí en este mismo instante para hablar de la intimidad,
ciegos morbosos cotillas de mil cabezas
me vais a dejar explotar, y no lo vais a ver

mientras tanto


pondré una foto de cereales de colores esparcidos por un suelo agrietado.
hasta que sepa escribir sobre la cantidad de sentimientos que tengo que descongelar

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